En lo que a manejo de una lesión aguda se refiere, muchos de vosotros habréis oído hablar de RICE (rest, ice, compression elevation - reposo, hielo, compresión y elevación), y algunos habréis oído hablar de su evolución a PRICE (donde la P se refiere a protección).
No obstante, un estudio publicado por Bleakley, Glasgow y MacAuley en 2012 en la British Journal of Sports Medicine sugiere que este acrónimo necesita actualización, y en sus propias palabras, deberíamos "llamar a la policía" (POLICE). Obviando el hecho de que este nuevo acrónimo da lugar a títulos de blogs dizque graciosos, tiene sentido, pues POLICE responde a Protect Optimal Loading Ice Compression Elevation (Protección, Carga Óptima, Hielo, Compresión y Elevación).
Así pues, ¿por qué sustituir el reposo por la carga óptima?
- Mientras que el reposo puede ser de ayuda en el momento inmediato de la lesión, el reposo continuado puede llevar a un desacondicionamiento de los tejidos - rigidez de los tejidos, debilidad y tensión muscular y pérdida de propiocepción (que afectaría negativamente a la coordinación y al equilibrio).
- La carga óptima estimulará el proceso de curación, puesto que hueso, tendón, ligamento y músculo necesitan todos ellos de un mínimo de carga mecánica para estimular la correcta curación de los tejidos.
- El nivel adecuado de actividad física puede ayudar a resolver la inflamación. Por ejemplo, en el caso de esguince de tobillo, la contracción de los músculos de la pantorilla ayuda a disminuir la hinchazón desplazándola en contra de la gravedad. El reposo completo nos privaría de este efecto beneficioso.
Ahora bien, la palabra clave aquí es óptima.
En algunos casos, la carga óptima a aplicar puede ser ninguna carga. Fracturas inestables, roturas completas de tendón, etc. es improbable que se beneficien de la carga y pueden requerir ortesis, escayola o reparación quirúrgica. No hay ninguna receta única para todos los casos, cada situación requerirá de un manejo personalizado basándose en las condiciones del paciente y en las características de la lesión, y normalmente bajo la guía de un profesional de la salud.
Al igual que ocurre con la mayoría de los procesos de rehabilitación, se trata de mantener un equilibrio. ¡No estamos recomendándote que tires tus muletas y empieces a correr calle abajo! A la hora de tratar lesiones agudas, te recomiendo acudir a un profesional, sobre todo si hay una inflamación notable, alguna restricción en el rango de movimiento o sensación de inestabilidad. Dolor y sensibilidad en superficies óseas o dificultad a la hora de cargar peso son también señales indicatorias de que deberías buscar consejo médico.
Con las lesiones agudas, noto que tiendo a adoptar una política de "carga lo que toleres", lo que viene a decir que hagas tanto como te sientas cómodo y no fuerces si te duele. Esto cuadra con la idea de carga óptima, pero acompañada de la advertencia "si tienes alguna duda, consulta a un profesional". Esto incluye también a los ejercicios, y animo a la gente a mover cuidadosamente las articulaciones cercanas a la zona afectada, nuevamente escuchando al cuerpo, no forzando el dolor. Suele ser mejor hacer esto poquito a poco, durante cortos periodos de tiempo pero varias veces al día, que mucho de una tacada.
Tras explicar el cambio de acrónimo, de PRICE a POLICE, vamos a pasar ahora a repasar uno por uno el resto de componentes del protocolo de actuación ante una lesión aguda.
HIELO
Puede que te sorprenda, pero la evidencia que sustenta la aplicación de hielo está lejos de ser concluyente. Hay una verdadera falta de evidencia de alta calidad en términos de cómo debería aplicarse el hielo. A pesar de esto, todos tendemos a coger una bolsa de guisantes cuando nos lesionamos, y considero que tenemos todo el derecho de seguir obrando así.
Aunque la investigación actual no sea concluyente, muchos de nosotros hemos comprobado por experiencia propia que el hielo puede reducir el dolor y la inflamación postlesión, y ayudar a una más rápida vuelta a la actividad.
Respecto al hielo, es seguro lo siguiente:
- No apliques hielo en una zona entumecida o en una herida abierta. Si la piel está entumecida, no te darás cuenta si te estás haciendo una quemadura, y aplicar hielo en una herida abierta aumenta el riesgo de infección.
- Cuidado con las quemaduras - no apliques hielo directamente sobre la piel, envuélvelo en un paño húmedo antes de aplicarlo. Evita la exposición prolongada al hielo, 10-20 minutos suele ser suficiente. Adicionalmente, ten cuidado de no aplicar el hielo con excesiva presión (por ejemplo, dejando reposar tu pierna sobre la bolsa de hielo).
- Si usas bolsas de guisantes, ¡no te los comas luego!
Consejos prácticos al usar el hielo
Habiendo leído varias revisiones en la literatura científica acerca del uso del hielo, es muy difícil realizar recomendaciones basadas en la evidencia, en lo que a frecuencia y duración de la aplicación del hielo se refiere. Hay cierta evidencia sobre que tan sólo 10 minutos de aplicación pueden ser efectivos para enfriar los tejidos, y que a pesar de que sea más bien raro, las quemaduras por hielo pueden ocurrir tras 20-30 minutos. Teniendo eso en cuenta, y con con la premisa de conseguir el máximo beneficio con el mínimo riesgo, realizaría la siguiente recomendación general:
Aplicar hielo envuelto en un paño húmedo durante 10-20 minutos, 2-3 veces al día durante los primeros 5-7 días tras la lesión.
Dejar de aplicar el hielo si se observa cualquier efecto adverso, como un aumento del dolor o en la inflamación o dolor en la piel.
Si tú, lector, tienes un método diferente que te funciona, ¡sigue con ello!
COMPRESIÓN
De igual manera que pasa con la aplicación de hielo, la investigación acerca de la compresión está lejos de ser concluyente. Por mi experiencia personal, considero la compresión muy útil a la hora de manejar la inflamación, y puede ser usada tanto en la fase aguda como en fases más crónicas. La zona a la que aplicamos compresión (con vendajes, por ejemplo) debería sentirse comprimida pero no hasta el punto de resultar incómoda o dolorosa. Asegúrate de que hay buena circulación distal a la venda (por ejemplo, observando los dedos si vendamos un tobillo). Yo suelo recomendar a los pacientes retirar el vendaje por las noches por comodidad mientras duermen, y también porque la inflamación suele mantenerse estable cuando estamos tumbados.
ELEVACIÓN
La elevación puede ser muy efectiva para reducir la inflamación y el dolor. Puedes combinarlo con ejercicios suaves que ayuden a la circulación, tales como mover el tobillo arriba y abajo, o apretar el muslo para extender la rodilla. Obviamente, esto dependerá de tu lesión, y de las recomendaciones que te haga tu fisioterapeuta o profesional de la salud.
PROTECCIÓN
En cuanto a la protección, esta forma parte imprescindible de la idea de carga óptima e implica el uso de muletas, escayolas... para ayudar a proteger la zona mientras cura. Piensa en ello como una herramienta para evitar una carga excesiva en la fase aguda de la lesión, y que es especialmente útil si la lesión te impide cargar peso y necesitas una ayuda extra (en cuyo caso debes asegurarte de que te has hecho mirar tu lesión).
En conclusión, la mayoría de medidas tomadas por los profesionales de la salud, y por todos nosotros en el momento inmediato de la lesión, siguen en pie (hielo, compresión, elevación...). Ahora bien, lo que viene a decirnos la POLICE, es que los tejidos pueden beneficiarse de que se les aplique el adecuado nivel de carga de acuerdo a las características de la lesión. En algunos casos, este nivel de carga óptima en fase aguda puede ser 0 (reposo: fracturas, roturas de tendón...), pero en otros, como en un esguince de tobillo leve, el nivel de carga óptimo aplicado en la fase aguda puede ayudar a la recuperación.
En todo caso, recuerda: ante la mínima duda, ¡consulta a un profesional de la salud!
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